Si está enfermo, está perdiendo peso y no tiene apetito, podría deberse a una enfermedad, un problema emocional o un efecto secundario del tratamiento. Sabe que necesita comer más para recuperar el peso o, al menos, mantener su peso actual, pero simplemente no tiene ganas de comer nada.
Puede intentar forzarse a comer, pero eso puede aumentar el estrés de estar enfermo. Así que aquí hay algunas formas sencillas en las que puede aumentar su apetito. Este consejo también es bueno para los cuidadores que intentan que un ser querido coma un poco más.