Cómo mantener una rutina saludable

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Cada año, cuando llegan las fiestas, esta se convierte en una de las principales preocupaciones de muchas personas, especialmente en Navidad con comidas copiosas. Y es comprensible: cuando se interrumpen el entorno y los horarios, puede ser un desafío mantener la rutina saludable que es tan difícil de implementar. Sin mencionar todas las variables adicionales y las distracciones durante las vacaciones, desde las obligaciones sociales hasta la alimentación poco saludable.

Si viaja y se queda con familiares y amigos durante las vacaciones, estará fuera de la zona de confort de su entorno habitual, lo que hace que seguir un plan de alimentación saludable y hacer ejercicio sea aún más difícil.

Ya sea que sus clientes estén preocupados por aumentar de peso, perder impulso para alcanzar sus objetivos de salud o mantener su salud mental, dígales que es posible mantenerse en el buen camino. ¿Quieres conocer algunas recomendaciones que puedes transmitir a tus clientes?

determinar la razón

¿Por qué es importante la dieta y el ejercicio? ¿Quieres ser saludable y feliz para tus hijos? ¿Es esencial para su salud mental? Si comprende el razonamiento detrás de sus objetivos de salud, le costará menos esfuerzo mental seguir adelante cuando esté fuera de su elemento. En lugar de centrarse en el sacrificio (perder una hora en el sofá para correr o perderse comidas pesadas al preferir una guarnición de verduras para la cena), haga de su cliente una prioridad. Las metas lo mantendrán enfocado en el futuro, y una vez que las tenga en mente, vale la pena seguir un plan. Con esa mentalidad, alejarse del tiempo en familia para hacer ejercicio de 30 minutos se siente como un regalo en lugar de un castigo.

Haga del ejercicio parte de su itinerario de vacaciones

Todos planificamos viajes: vuelos, excursiones, reservas para cenar. Entonces, ¿qué te impide incluir entrenamientos en tu hoja de ruta? Puede sugerir que sus clientes programen una caminata matutina antes de unirse a la familia para desayunar o un entrenamiento rápido antes de la cena cuando todos estén descansando. Si encontrar tiempo para hacer ejercicio es difícil, mantener los entrenamientos cortos es otra buena opción. Cualquier forma de movimiento es mejor que nada, y siempre hay tiempo durante el día para hacer unos minutos de ejercicio, incluso si es solo un estiramiento de cinco minutos o una rutina rápida.

Concéntrese en agregar alimentos saludables, no en eliminar los no saludables.

A nadie le gusta sentirse privado, ¿qué pasa si te enfocas en todos los alimentos que no puedes comer en vacaciones? Cambie su forma de pensar buscando todos los alimentos saludables que se ofrecen en las comidas festivas y fijándose el objetivo de agregar más de ellos a su plato. Es una manera de tener menos espacio para opciones poco saludables, sin sentirse restringido. Pero tendrás espacio para la famosa tarta de manzana de tu mamá, pero puedes saltarte esa bandeja de galletas que masticas sin pensar pero que no te gustan mucho.

Entrena con movimientos divertidos en lugar de ejercicios

Las vacaciones pueden ser estresantes, lo que significa que concentrarse en el estado físico es importante no solo físicamente, sino también mentalmente. Considere o exercício como uma pausa do estresse das férias e uma maneira de passar um tempo de qualidade com seus entes queridos, escolhendo algo divertido, como uma caminhada em família em um parque local, uma ida ao rinque de patinação no gelo ou uma caminhada para hacer compras. De esta manera, utilizar el período de vacaciones como algo fuera de la rutina típica puede resultar ventajoso. Trabajarás diferentes músculos, mantendrás tu cuerpo alerta y quemarás calorías sin que se sienta como una tarea.

practica decir no

Si bien decir no puede ser difícil, puede ser más fácil preparar y practicar sus respuestas con anticipación. Es especialmente útil tener respuestas listas para distraer a los transeúntes en la mesa de la fiesta o en las reuniones familiares. Si prefieres saltarte el postre pero siempre te sientes presionado, prueba: «¡No, gracias, estoy lleno por la cena!». o «Dejaré que mi cena se digiera un poco antes de comer el postre». Esto no significa que deba decir que no a todos los alimentos poco saludables que le ofrecen. Si quieres darte un capricho, hazlo. Pero si está satisfecho con un trozo de pastel y la abuela insiste en servir otro, tener una negativa cortés pero firme lista para servir puede facilitar que su cuerpo escuche.

¿Qué opinas de estas recomendaciones? ¿Sueles aplicar alguno? ¿Cuál te resultó más fácil de lograr?

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